La robótica está transformando rápidamente el panorama empresarial. Según un informe de la Federación Internacional de Robótica (IFR), en 2023, el uso de robots en las empresas creció un 12%, con más de 3 millones de robots operando en compañías de todo el mundo.

Esta tendencia está lejos de disminuir; se espera que el mercado global de robótica alcance los 70 mil millones de dólares para 2028, impulsado por la creciente demanda de automatización en sectores como la manufactura, logística, y servicios.

Sin embargo, esta acelerada adopción de soluciones robóticas plantea un desafío significativo: la necesidad de formar a los trabajadores para que puedan utilizar y mantener esta tecnología de manera eficaz. La falta de habilidades técnicas entre el personal puede obstaculizar la plena integración de los robots, limitando los beneficios potenciales y, en algunos casos, poniendo en riesgo los empleos.

Un estudio de Deloitte reveló que el 44% de las empresas que implementan tecnologías robóticas señalan la falta de habilidades adecuadas como una barrera principal. Además, un informe de McKinsey & Company estima que hasta 375 millones de trabajadores en todo el mundo podrían necesitar cambiar de categoría ocupacional y aprender nuevas habilidades para 2030 debido a la automatización.

Para mitigar estos riesgos, las empresas deben invertir en programas de formación continua que capaciten a sus empleados en el uso y mantenimiento de soluciones robóticas. Esto no solo ayudará a prevenir la reducción de personal, sino que también permitirá a los trabajadores asumir roles más técnicos y estratégicos, aumentando su valor dentro de la empresa. Programas de formación pueden incluir desde cursos online y talleres prácticos hasta certificaciones en robótica y automatización.

En conclusión, la formación en robótica no es solo una necesidad, sino una inversión en el futuro de la fuerza laboral. Al empoderar a los empleados con las habilidades necesarias para trabajar junto a robots, las empresas pueden asegurar una transición suave hacia un entorno laboral más automatizado, promoviendo la eficiencia y la innovación sin sacrificar puestos de trabajo. Es crucial que las empresas vean la formación continua como una estrategia fundamental para mantenerse competitivas en un mercado cada vez más automatizado.